¡Menudo carácter!
En la naturaleza se dan cantidad de interacciones entre especies distintas. Los pulgones son unos insectos (áfidos) muy pequeños a los que les encanta chupar la savia de las hojas, produciendo buenos destrozos, según los agricultores; algunas hormigas se dedican a frotar con sus antenas a los pulgones para que expulsen un líquido muy nutritivo (a este masaje lo llaman ordeño). Resumiendo, que los pulgones son un recurso alimenticio de primer orden para las hormigas, por lo que los cuidan, defienden y hasta trasladan de lugar para que dispongan de más y mejores hojas. Todo transcurre de forma apacible hasta que, de vez en cuando, aparece una mariquita (Coccinella septempunctata) aficionada a comerse a los pulgones. Y se arma el lío: la hormiga no se lo piensa dos veces y se va de cabeza contra la mariquita. Con la comida no se juega.
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