Así encontramos al Diente de león (Taraxacum officinale, Llechares), en tres etapas de su desarrollo distintos pero al mismo tiempo. Los Castaños de Indias (Aesculus hippocastanum) estos días presentan estos hermosos racimos florales.
El entorno de la Ría es muy apropiado como territorio de caza para estas pequeñas rapaces, los Cernícalos vulgares (Falco tinnunculus, Peñerina). Bastante desconfiadas con la gente, sólo se descuidan cuando tienen a tiro una presa, como el de la foto, colocado sobre la vara de una facina de hierba a la espera de que la víctima cometa un error.
En un paseo por la rasa de Lluces, lo más llamativo una Garza real (Ardea cinerea, Garcia rial), una Faisana (Phasianus colchicus, Faisán) todo ello amenizado con los cantos del Cuco y del Pito real. En La Ría, una Azulona (Anas platyrrhynchos, Coríu rial), al tanto de sus (diez) criaturas.
Los visitantes más llamativos estos días en La Ría de la Villa son los Zarapitos trinadores (Numenius phaeopus, Algaraván piqueñu) en paso hacia sus áreas de cría en el norte de Europa. Hace un par de días eran siete individuos los que se encontraban esparcidos por La Encienona.
El mayor de los Páridos, el Carbonero común (Parus major, Veranín) es una especie habitual en parques y jardines y en fincas de árboles frutales. Muy activo, es un poco anárquico con los posaderos, por lo que resulta muy entretenido y a veces estresante el fotografiarlo.
Mientras todavía se ven parejas de Ánades azulones (Anas platyrrhynchos, Coríu rial), ya comienzan a disfrutar de las charcas de El Cierrón familias numerosas, en este caso, con diez retoños, que no salen todos en la foto. El sábado pasado, Gonzalo Gil y yo vimos este Aguililla calzada en la ladera de El Pedrosu ( Hieraaetus pennatus, Aigla de les Biesques). Lo que aparece por la izquierda es una de las dos Cornejas que la estaban acosando. 
El otro día, dando una vuelta por la rasa de Lluces, tuve que ir un pequeño tramo detrás de un grupo de vacas. Una de ellas, la de la foto, se paró y se entretuvo con las que estaban en el prado, al otro lado del cable del llendador. Un poco después, comprobé que las vacas íban a ser vacunadas en un recinto que las veterinarias habían montado un poco más allá. Entonces me dí cuenta de lo que les había estado explicando la vaca a sus compañeras cuando se las encontró en su camino.
Los Arrendajos (Garrulus glandarius, Glayu) ya comienzan a aumentar su actividad. Dentro de nada se meterán de lleno en período de cría y los veremos atravesando incansablemente y en semiplaneo las carreteras que transcurren entre zonas arboladas.
Paso a menudo por delante y siempre me llamaron la atención. Las dos construcciones se han hecho para comunicarse con el más allá y las han puesto bien próximas. Son viejas y según creo han perdido ya buena parte de su funcionalidad.
¿A que parece otra cosa? Pues se trata de uno de los numerosos gatos que viven en la cuadra de El Cierrón, saliendo a dar una vuelta por las charcas de las inmediaciones. ¡Menudo peligro! Sinceramente no nos gusta que en un lugar de especial protección de la fauna salvaje como es la Reserva Natural Parcial de la Ría de Villaviciosa estos animales domésticos campen a sus anchas. La cuestión se agrava a partir de ahora, con el comienzo del período de cría de numerosas aves que tendrán que contar con unos cuantos enemigos (siete u ocho por lo menos) más.
Cuando se ponen comederos para los pájaros, sin lugar a dudas la reina (o rey) de las distancias cortas es el Petirrojo (Erythacus rubecula, Raitán).
La curiosidad por lo que nos rodea no es exclusiva de los humanos. A veces nos asomamos a La Ría y somos la atracción para otros seres que también disfrutan, a su manera, del maravilloso entorno que nos rodea. Todos cabemos en él. De momento.
En los últimos días es notorio el paso de Espátulas: el lunes eran dos y ayer a media tarde eran catorce las Espátulas comunes (Platalea leucorodia, Palletón) que levantaban el vuelo en El Cierrón. En ese mismo momento, se posaban tres más que media hora más tarde aún permanecían alimentándose en las charcas del fondo.
Libres de cargas familiares, estas dos Currucas capirotadas (Sylvia atricapilla, Papuda) se dedican a retozar entre los troncos en busca de comida ajenas aún a lo que les viene encima, los terribles encantos que tiene el hogar, que diría Silvio Rodríguez. Mientras tanto, el macho de Escribano soteño (Emberiza cirlus, Escribana) pone tanta pasión en el cante que casi se cae hacia atrás
Pareja en La Espuncia
Pareja en La Encienona
Pareja en El Cierrón
Pata con crías (sólo se ve una) en El Cierrón
Dos de las tres crías de una de las Azulonas de El Cierrón
Pata con una cría en El Cierrón
A primera hora de la mañana más de treinta Garcillas bueyeras (Bubulcus ibis, Garcia de gües) se acicalaban en El Cierrón, mientras un Andarríos grande (Tringa ochropus, Andiarríu prietu) y un Chorlitejo chico (Charadrius dubius, Mazaricu piqueñu) inspeccionaban los pequeños charcos que quedan cuando baja la marea. Entre ellos, Lavanderas blancas (Motacilla alba, Llavandera) muy activas. En Sebrayu Baxu, una preciosa Espátula común (Platalea leucorodia, Paletón) adulta como la de la foto y muy desconfiada, pescaba en la charca.
