Mientras esta pata Azulona (Anas platyrrhynchos, Coríu rial) ya puede tomarse algún descanso, pues sus retoños ya tienen un tamaño considerable, el viento del Nordeste de estos días frenó el paso de algunos limícolas, como estos pequeños grupos de Chorlitejos y Correlimos comunes que se aseaban y descansaban en un recodo de la Ría.
Espátulas comunes (Platalea leucorodia, Paletón) y Garcetas comunes (Egretta garzetta, Garcia cande) hacen buenas migas en las charcas de El Cierrón. En la foto de grupo, tres de las que quedan y una Garceta común. En la última, una Espátula en pequeño vuelo para cambiar de charca.
En principio me llamaron la atención las flores, por lo que me metí en la cuneta con la cámara, pero había algo llamativo que no pegaba nada con el color de las flores. Se trataba de una Araña cangrejo (Misumena vatia). Por lo visto, tiene la facultad de cambiar de color y así mimetizarse con el entorno, pero le debe de llevar unos días todo el proceso y yo la pillé amarilla y resplandeciente sobre un fondo rosa.
Estas dos preciosidades (Limosa limosa, Aguya rau prietu) se encontraban ayer por la mañana en un porreu al pie de La Espuncia.
Dos Garzas reales (Ardea cinerea, Garcia rial) una posada en un árbol del parque Isabel la Católica y otra entre vacas en un prado de La Busta. ¿Dónde habrá metido el pico esta última que le ha cambiado de color?
Por estas fechas las familias de Azulones (Anas platyrrhynchos, Coríu rial) que crían en la Ría y por el río se encuentran en su pleno apogeo y podemos encontrar polladas de todos los tamaños. La pata de la foto está orgullosa de lo bien y hermosos que crecen sus seis hijos.
Llevamos una primavera muy como las de antes y ésto está desquiciando a la gente, harta ya de tanta agua , nubes y niebla. Pero todos sabemos que gracias al agua, en sus distintas versiones, tenemos estos maravillosos verdes. Este fin de semana estuve por Poreñu con Paco de guía. Me enseñó un trozo de bosque maravilloso, limpio, húmedo, lleno de vida y de sonidos con dueños. Como recuerdo de esa mañana de orbayu y borrina y de ese bosque, estas dos fotos de setas. Las del suelo, Amanita junquillea y las que parasitan al viejo y cansado cerezo, Laetiporus sulphureus.
Una vuelta por el río del Profundu y ya nos alegran la vista varias hembras de Agrion virgo. Con esos ojos es imposible no triunfar.
Un pequeño grupo de Correlimos tridáctilos (Calidris alba, Mazaricu analayeru) jugando a escapar de las olas en la playa Espasa (Caravia) en pleno paso migratorio primaveral.
A mil metros de altura nos encontramos con esta pequeña planta carnívora (Pinguicula grandiflora, Tiragaña). Sus hojas, en forma de roseta en la base, tienen miles de pelos que segregan un líquido viscoso y pegajoso donde quedan atrapados los insectos. Otras glándulas producirán unos enzimas que digerirán las partes blandas del insecto obteniendo así un líquido ya rico en nutrientes.
En los dos últimos días nos hemos encontrado con dos Luciérnagas (Lampyris noctiluca, Lluciérnaga). La hembra, que no vuela, es la que emite luz (bioluminiscencia) para atraer al macho. Dicen que hay pocas y lo achacan a la contaminación lumínica (farolas, postes de luz), que dificulta que el macho localice el resplandor de las hembras. Con el sistema tan chulo que han diseñado para atraerse en la noche y vamos nosotros y se lo chafamos. Está visto que nos cuesta hacer las cosas bien. Bueno, no sólo se lo estropeamos, también se lo copiamos.
Este Herrerillo común (Parus caeruleus, Ferreirín) si antes era inquieto, ahora mucho más: está sacando adelante un montón de pollos, a veces incluso más de una docena. Se entiende su hiperactividad.
No tiene colores vistosos ni llamativos; no es muy grande, pero tampoco pequeña. De todos los limícolas que pudimos fotografiar en este paso primaveral, me quedo, fotográficamente hablando, con las Agujas colipintas (Limosa lapponica, Aguya roxa).
Seguro que es para asustarse y que es un asunto muy serio lo de la gripe porcina pero a mí no me apetece. Sirvan estas fotos de Gochu celta como un pequeño homenaje a estos parientes ahora cuestionados como antes lo fueron las gallinas. Y de paso, acordarnos para bien de todos aquellos que luchan por la recuperación de las razas autóctonas.
De lejos tenía cara de enfadada; de cerca se comprende el porqué de su enfado. Hay paisanos que no se andan con bromas: si una vaca tiene tendencia a escapar del prado, la pata atada y en casa.
El otro día salimos a dar una vuelta por la Alameda para contemplar a los robles americanos y estrenar uno de los puentes de madera que acaban de instalar. Al pie del citado puente nos encontramos con esta joven Culebra de collar (Natrix natrix). Nos sirvió para aclarar que no tienen nada que ver con las víboras (algunos la llaman víbora de collar) y para que los chicos pudieran familiarizarse con una especie que, en otras circunstancias, le hubiera caído una enorme piedra encima. El color del cuerpo se parece bastante al del arenón de la orilla del río y el collar, en lugar de ser blanco como en otros indivíduos, en este caso tiraba a naranja. El ojo no está en su mejor momento, posiblemente cercano a un período de muda.
En El Cierrón hay varias patas Azulonas (Anas platyrrhynchos, Coríu rial) con crías. La de la foto tiene seis y el otro día uno se despistó y comenzó a piar; ella que le oye levanta el vuelo y se posa a su lado. Como si no hubiese ocurrido nada él sigue rebuscando entre las algas y ella se dedica al aseo personal. Todo ocurre a dos metros de la senda peatonal y con gente. Sin duda alguna los Azulones son los mejores embajadores de las maravillas que se pueden ver en la ría de la Villa.
Archibebe común
Archibebe claro
Abajo a la derecha, el culo de una Cigüeñuela
La espátula de atrás cenando un cangrejo
Se mueven rápido pero cuando bajan al suelo parece que se despistan. El otro día, camino de Tazones, se plantó una delante del coche y hubo que parar hasta que le apeteció tirarse a la cuneta. La de la foto es del parque Isabel la Católica y allí los sustos se los dan los perros sueltos.
Ayer a las siete de la tarde ocho Espátulas comunes (Platalea leucorodia, Paletón) peinaban literalmente alguna de las charcas de El Cierrón. Curiosamente, también eran ocho las comentadas en la entrada del sábado pasado, pero deben ser otro grupo, pues en este caso hay una anillada con anillas o banderolas roja y naranjas en las dos patas.* En las del sábado había también una anillada pero con anilla verde. Las fotos están hechas desde muy lejos y en malas condiciones de luz.
