Llastres siempre sorprende
Pasamos cien veces a lo largo del año y en pocas ocasiones nos adentramos por sus calles escalonadas. Mal hecho, porque en cada esquina nos podemos encontrar con regalos sorprendentes. En esta visita fue la capilla de San José, rodeada de casas y todo un reto fotografiarla. Nos llamaron la atención los agujeros presentes en las paredes laterales y rellenos con redes de pescar. En un primer momento pensamos en posibles ofrendas por parte de los marineros, pero consultado con expertos locales nos dicen que de lo que se trata es de evitar que se metan y críen bichos. Los datos más relevantes de la capilla, en la placa.
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