Mientras ayer media Asturias descansaba de la noche de san Xuan, esta pareja de Caballitos del diablo (Pyrrhosoma nymphula) se dedicaba a disfrutar conjuntamente y, de paso, a reproducirse. Eso sí, con dos observadores: uno el de la cámara y el otro el que está posado en la rama, en primera fila.
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