¿Crisis? ¿Qué crisis?
Como todo el mundo sabe, la angula es la cría de la anguila (Anguilla anguilla) y es famosa por una vida de película: nace en el Caribe (mar de los Sargazos) adonde han llegado sus padres para desovar y atraviesa el océano Atlántico durante tres años para llegar a nuestros ríos. Ni el diminuto tamaño ni su gesta le servirán de mucho: cuando llegue a nuestras costas asturianas correrá el peligro de caer en uno de los muchos cedazos (más de 130 licencias) que se apostan por las riberas en estas frías y oscuras noches de invierno. El objetivo último, acabar en una cazuela de un bar a 49 euros. Lo cuentan en esta noticia que no tiene desperdicio y en la que cabe todo: milagro biológico, manjar, oro blanco, etnografía y la tradición. Ahí es nada, y nadie se pone colorado. La foto: un cedazo acotando el sitio para la noche, uno de estos días en el puerto de Ribesella.
2 comentarios:
Que aun se sigan pescando angulas es algo demencial. El único milagro aquí es que aun quede alguna después de ser masacradas durante décadas. ¿Donde está la campaña de los pezqueñines, no gracias?
Pescar alevines de una especie, antes de que se hayan reproducido, no tiene ningún sentido. Es para cabrearse
el presidente del gobierno de fartura para olvidarse de las penas y sinsabores del gurtel
Gobernar, no que me canso, pero comer gratis... no nos perdemos ni una
¿porqué será que no me sorprende?
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