Una tarde por La Ría

Una de las ventajas que nos están dejando estas mareas es poder ver relativamente cerca a determinadas aves que habitualmente son muy esquivas, como es el caso del Águila pescadora (Pandion haliaetus, Aigla piescadora) que inverna en nuestra Ría. No son, ni mucho menos, buenas fotos pero en todos los años que lleva pasando el invierno con nosotros son, sin duda, las mejores. Hasta le hemos podido leer la anilla. Como se puede ver no perdemos la ilusión.

Otra de barcos

Ayer por la tarde Gonzalo y yo salimos en lancha por La Ría con un buen amigo (Pepe Heredia) y lo pasamos como los indios, que supongo que lo pasarían de maravilla, por lo menos alguna vez. Vimos pájaros y pájaros pero también nos entretuvimos con la maniobra del remolque desde Tazones hasta la playa de los Bonhome del velero que encalló hace unos días en un pedreru de Tazones. La prensa nos lo contaba aquí.

Los limícolas y la marea

Combatiente juvenil en las charcas de El Cierrón

  

Grupo de Mazaricos soportando la pleamar.

Las grandes mareas de estos días hace que los limícolas tengan menos espacio para posarse, con lo que buscan nuevos lugares donde descansar y así se presentan en charcas poco habituales para ellos.  Ésto nos permite poder observarlos más de cerca. En una de esas charcas encontramos a este joven Combatiente (Philomachus pugnax, Engardiente) que anda bastante a su bola.

Mareonas de san Miguel

Entramos de lleno en las mareas de san Miguel; miércoles, jueves y viernes las mareas superarán los 4,5 metros en la pleamar. Ayer El Cierrón presentaba ese aspecto, con una Espátula común (Platalea leucorodia, Paletón) posada en el centro y que acabó levantando. En el Bornizal, el Águila pescadora (Pandion haliaetus, Aigla piescadora, Ben) da una vuelta de reconocimiento por toda la zona y al pasar cerca de nosotros nos permite, con un poco de imaginación, verle la anila amarilla.

Otra vez por Llastres

Ayer volví a pasar por Llastres con la intención de localizar el Alca que el otro día se marchó sin despedirse pero nada, no lo encontré; en su lugar, el Arao común (Uria aalge, Pitorru) que ya lleva unos cuantos días y al que vemos bucear sin gran entusiasmo. En la playa de L´Escanu, un macho de Colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros, Raitán moru) revolvía entre las algas a la búsqueda de alguna presa y me dejaba fotografiarlo desde la barandilla. El buque escuela Saltillo zarpaba en esos momentos y salía por la bocana del puerto.

El grande y el pequeño

Da gusto entrar por la mañana en El Cierrón y encontrarse con el más grande (Garza real, Ardea cinerea, Garcia rial) de los pájaros habituales de La Ría sobre una estaca  y con el más pequeño (Buitrón, Cisticola juncidis, Saltón) entre las plumas del Plumero de La Pampa.

Por el oriente

Ayer por la tarde visitamos las playas que quedan hacia el oriente (Espasa, La Isla y La Griega) y, salvo en La Isla que había un grupo numeroso de Vuelvepiedras con Correlimos tridáctilos y algún Chorlitejo grande más dos Zarapitos trinadores, no vimos nada de destacar. Nos asomamos por Llastres y vimos un Alca bucear y salir como un tiro hacia la mar. Lo que más nos llamó la atención fue la presencia del buque-escuela del País Vasco Saltillo amarrado en el puerto. Se trata de un velero de 1932 y que perteneció al padre del rey. El día, con truenos y algo de lluvia, no dio para más.

Garcillas y vacas

Desde hace ya una pequeña temporada, cualquier prado con vacas que se precie, albergará también a un pequeño grupo de Garcillas bueyeras (Bubulcus ibis, Garcia de gües). Da gusto ver las escenas cariñosas entre vacas y garcillas, pero difíciles de inmortalizar con la cámara, pues son realmente esquivas.

Cierrón entretenido

Hace unos días contábamos aquí la enorme entrada de aves en paso migratorio que se pararon a descansar en El Cierrón. De las más de setenta Espátulas comunes (Platalea leucorodia, Paletón)  que llegamos a contar ese día, vimos cinco anilladas que nos han permitido saber de su procedencia holandesa y belga. Una de estas Espátulas anilladas se ha quedado unos días por El Cierrón en compañía de otra más. Cuando las estábamos observando ayer, apareció un bando de Mitos (Aegithalos caudatus, Rabullargu) un poco escandalosos y muy inquietos. También vimos llegar las primeras Cercetas comunes (Anas crecca, Zarceta).

Bronca en el puerto

Las Gaviotas patiamarillas (Larus michahellis) están a la que salta; en cuanto vuela por el aire un desperdicio procedente de la rula, se tiran al agua como locas: la bronca que se monta es de campeonato. En el aire, el Charrán común (Sterna hirundo, Garrochín) apenas amaga con tirarse. Sabe que frente a las Gaviotas no tiene nada que hacer.

En Llastres

Este domingo por la tarde salió un poco el sol después de haber llovido bastante por la mañana y nos acercamos hasta Llastres. Ese precioso Charrán común (Sterna hirundo, Garrochín) descansaba en las piedras del puerto y en el agua dormitaba ese Arao común (Uria aalge, Pitorru) especie que, por cierto, hacía bastante tiempo que no veía.

Cierrón variado

Estos días por El Cierrón se ve casi de todo: unas cuantas Collalbas grises (Oenanthe Oenanthe, Bicha) rodando por la caleya o posadas sobre el tejado de la caseta de observación y en el aire, ese ejemplar de Aguililla calzada (Hieraaetus pennatus, Aigla les biesques), poco habitual por la zona.

Ardeidas

Ayer por la tarde dimos una vuelta en coche hasta El Puntal y seguimos observando una gran cantidad de Garzas reales: dos grupos posados entre El Calieru y El Gaiteru y en La Ruxidora de 40-50 ejemplares cada uno, además de otro volando río arriba de 34 individuos. La nota llamativa la puso la presencia de esta Gareta grande (Ardea alba, Garcia grande) en la otra orilla.

Vuelvepiedras común

Playas y pedreros se van animando con la presencia de limícolas en paso migratorio. Habituales entre ellos, los Vuelvepiedras (Arenaria interpres, Güelveraxes) a los que podemos ver con diferentes plumajes.

En la casa del Avispón.

Ayer asistí a la destrucción de un nido de Avispón (Vespa crabro). Lamentablemente se habían instalado en una pequeña casita de jardín que es utilizada por niños y no había otro remedio.

Se trata de una especie de insecto con pinta de avispa enorme (casi cuatro centímetros de longitud) y cuya picadura es muy similar también.

Lo primero que llama la atención es el material de construcción: papel auténtico, que estos insectos se encargan de fabricar a partir de la pulpa de la madera. Luego, la elaborada estructura de las paredes exteriores del nido, con toberas de ventilación y abierto por debajo.

Si retiramos estas primeras capas, nos encontramos con las capas de celdas dispuestas horizontalmente, algunas de las celdas ya tapadas y ocupadas por las larvas que se están desarrollando en su interior.