Fronteras
Hay maneras y maneras de marcar el territorio y hoy me fijo en estas dos que podemos encontrarnos nada más poner un pie fuera de casa. En la primera se usa la piedra arenisca, de tamaño manejable, amorosa y hábilmente colocada y de una altura moderada; deja pasar el aire levemente y es refugio de fauna variada. La otra es casi invisible y nos avisa a traición del error cometido. Encima y para mayor escarnio, ahí quedan los pelos como prueba de la ignominia.
4 comentarios:
La primera tiene una composición muy buena gracias a la línea dibujada por las piedras. Saludos.
mandame un correo cuando puedas Bernardo, que quiero preguntarte una cosa.
soy un desastre y lo pierdo todo!
Gracies!!
Fantasticas las dos. Enhorabuena¡¡
Advhalen.
Miguel, Advhalen, me alegro de que os gusten.
Salud.
Publicar un comentario