Es uno de los pájaros más activos estos días por las charcas de El Cierrón (Anthus spinoletta, Zarapica). Cría generalmente en zonas altas y le encanta pasar el invierno en zonas húmedas y encharcadas como los porreos de la Ría.
A veces, en realidad muy pocas veces, ocurren sorpresas muy agradables. Uno está fotografiando a un ave determinada con todo preparado: el equipo, la silla, posaderos, etc., etc., y, de repente, llega otro pájaro con el que no se contaba, que se posa donde le da la gana incluso casi fuera de foco por la cercanía y nos regala un momento precioso. Una hembra de Tarabilla común (Saxicola torquata, Charchar).
Los porreos inundados como El Cierrón son el lugar ideal para las Agachadizas comunes (Gallinago gallinago, Gacha). Estos suelos reblandecidos les permiten horadar con su pico como si fueran taladros percutores en busca de los habitantes del fango, la base de su alimentación. También han perdido el miedo a los humanos, aunque tienen un serio peligro en los gatos.
Otro de los limícolas que en El Cierrón no se corta nada y frecuenta las charcas más próximas a la senda es el Archibebe común (Tringa totanus, Chibibí). Es frecuente en los pasos migratorios y unos cuantos individuos pasan el invierno en la Ría.
Ya cerca del Puente Huetes y entre los álamos y salgueros, es habitual la presencia de la Lavandera cascadeña (Motacilla cinerea, Xingalrau), que presenta la misma afición por los insectos que los Pioyínes (Mosquiteros comunes).
Vivimos en una zona, Villaviciosa, en la que la climatología está muy condicionada por la cercanía del mar. Esto hace que los Abedules (Betula pendula, Bedul) todavía mantengan algunas de sus hojas, pero ya por poco tiempo, pues la llegada del invierno acabará con las pocas que les quedan. De paso, comienzan a surgir las flores en forma de amentos, primero las masculinas y, más adelante, las femeninas.
Ayer estuvimos entretenidos fotografiando Mosquiteros comunes (Phylloscopus collybita, Pioyín) en las proximidades del río, en la Barquerina. Son once centímetros de puro nervio en pos de insectos entre las ramas y vegetación ribereña.
Ánade rabudo
Ánade azulón
Híbrido Rabudo x Azulón
Llevamos varios días sin que llueva y con sol y ya estamos como locos: salimos y no paramos. Pues bien, vayamos por donde vayamos no hacemos más que encontrarnos con cantidades de Zorzales alirrojos (Turdus iliacus, Malvís gallegu), casi siempre en el suelo, como ratones, sacando pecho de vez en cuando y si se ponen las cosas feas, a los árboles.
El otro día veíamos a los machos corriendo de los cazadores; unos días después eran dos hembras (Phasianus colchicus, Faisán) las que, con pequeñas y cortas paradas, atravesaban un prado a toda velocidad, sin perder de vista nada que se moviera.
Ayer hizo un día precioso de sol, sin apenas una nube, pero por la mañana el frío era criminal. Este valiente estuvo en esta posición varios minutos hasta que se decidió a comenzar su jornada laboral. (Phalacrocorax carbo, Cuervu marín).
Andan de obras y por un lado no se puede pasar, mientras que por otros está bastante embarrado de las últimas lluvias. A la entrada nos encontramos con este precioso Cotoneaster lleno de frutos.
Ayer jueves fue día de caza y por la Rasa había cazadores y perros, por lo que los Faisanes (Phasianus colchicus) andaban todos revueltos y a carreras entre los pumares.
La semana pasada, con un fuerte temporal, nos asomamos a la costa de Llanes y pocas fotos pudimos hacer pero nos llamaron la atención poderosamente esos hermosos pliegues al pie de la playa de Ballota.
Seguimos por El Cierrón y en las charcas relativamente próximas observamos a un Andarríos grande (Tringa ochropus, Andiarríu prietu) apurando las últimas luces del día en su búsqueda de alimento.
El domingo por la mañana y en compañía de Paco, salimos a dar un paseo por Poreñu. Hacía frío y a medida que subíamos hacia la Corolla, la nieve era más copiosa, por lo que decidimos dar la vuelta. Por el camino, nos encontramos con estas vacas que se resguardaban del temporal contra la sebia.
Rebuscando en el Pedreru (2008)
Cristian ultimando la pancarta bajo la supervisión de Emilio (2008)
Paco con Maite, Leti, Ana Rosa y Aida (2003). La bici roja del fondo es la mía
El grupo del año 2003
Trabajando con la profesora de Matemáticas (Cariri) en la medición de la altura de los árboles (2003)
Salida del Instituto en el año 2002
Recibiendo explicaciones en El Centro de Interpretación (2008)
Parte del grupo del año 2003 llegando al Centro de Interpretación
Con el mal tiempo y cuando el hambre aprieta, algunos limícolas habituales por el porreu de El Cierrón cada vez se aventuran más y se vuelven más dóciles, siendo posible observarlos en las charcas más próximas al paseo. Allí fotografiamos ayer a este Archibebe claro (Tringa nebularia, Chibibí claru).
Otra de las casas emblemáticas de la Ría de la Villa, en esta ocasión la casa de El Llagarón, cuyos dueños hasta hace poco se dedicaban a la carpintería de ribera y al marisqueo. Al pie de esta casa desemboca en la Ría la riega de Llames. La foto es de ayer al atardecer, el primer día desde hace muchos, muchos que no llueve. Pero creo que va a durar poco.
Por El Cierrón sigue la joven Espátula común (Platalea leucorodia, Paletón) que ya lleva una temporada entre nosotros. Ha cogido tanta confianza que ya se mete por los regatos entre los alambres, como si fuera una Garceta común.
