El otro día, en la penumbra del río y sobre una hoja, veo un zapatero (Gerris sp). Lo fotografío y cuando llego a casa compruebo que no era uno, si no dos. Me extrañaba su tranquilidad pero ni me enteré hasta que vi las fotos. Allí siguieron a lo suyo.
1 comentario:
Ay Dios mío, por si no teníamos bastante con uno...
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