Accidentes

Los grandes ventanales de los edificios públicos se convierten en una trampa para algunas pequeñas aves: no detectan el cristal y se estrellan contra ellos. El otro día encontramos un Mosquitero común (Phylloscopus collybita, pioyín) agonizante al pie de una de esas ventanas.  Hace un par de años  se me ocurrió  hacer con los críos unas siluetas de papel, de aves rapaces, para pegarlas en los cristales y así asustar a los pequeños pájaros, pero visto el resultado final no me atreví a pegarlas, no fuera a lograr el efecto contrario: que se estrellaran más en lugar de salir pitando.

Preferimos el recuerdo de la última foto, de hace dos años en La Barquerina, con unos cuantos Mosquiteros disfrutando de un charco enorme.

Esos patos pequeños

Son las anátidas más abundantes en el invierno de La Ría de La Villa: en cualquier esquina las podemos ver, casi siempre en pequeños grupos. En El Cierrón, a montones. Hasta en la mesa del salón de una casa que yo me sé había una (de madera) pero perdió la cabeza y desapareció.

Un ojo en el agua y otro en la tierra

Relajado pero vigilante. La Ría es amplia y al enemigo se le puede ver venir fácilmente; por eso, un ojo siempre alerta, aunque sea puesto sobre el paseante a muchos metros de distancia. (Archibebe claro, Tringa nebularia, Chibibí claru).

Haciendo nidos

Parece que los acontecimientos en la naturaleza se van adelantando: hace más de quince días ya veíamos a una Tórtola turca (Streptopelia decaocto, Rulla donda) entrando en un hueco con material para su nido en el centro de Villaviciosa; pocos días después observamos a otra pareja haciendo lo propio entre la hiedra de un viejo roble.

Entre manzanas

El montón de manzanas que se pudre en el suelo (poca cosecha y menos ganas de mayar) da juego para que estos pequeños disfruten de lo lindo: el Petirrojo (Erithacus rubecula, Raitán) y el Carbonero común (Parus major, Veranín).

Tomando el sol

Cuando sale el sol o hace un día bueno, los pájaros invernantes en La Ría de La Villa lo aprovechan al máximo, como este Zarapito trinador (Numenius phaeopus, Algaraván piqueñu) en La Canal, a escasos metros de la pasarela de madera. Lo detectamos a contraluz y nos permitió dar la vuelta para poder fotografiarle con mejor luz, hasta que la presencia de más gente paseando le agobió y se fue, pero sólo un poco más allá.

Lúganos en los alisos

En zonas casi permanentemente encharcadas de La Ría de La Villa podemos encontrar Alisos (Alnus glutinosa, Umeru) a veces formando pequeños grupos. Por estas fechas presentan sus flores agrupadas en amentos, distintos para las masculinas (más largas y delgadas) y para las femeninas (cortas y más globosas). Los amentos femeninos ya esconden en su interior las semillas, un pequeño tesoro para los Lúganos que los suelen visitar en pequeños bandos (Carduelis spinus, Úbanu).

Chibibís

Los Archibebes oscuros (Tringa erythropus, Chibibí pintu) que invernan en La Ría de La Villa casi se pueden contar con los dedos de una mano. Dos de ellos son habituales de Misiegu, donde hacen muy buenas migas con los Archibebes claros (Tringa nebularia, Chibibí claru).

Llastres forever

Siempre hay una excusa para dejarse caer por Llastres, aunque no veamos un solo bicho, cosa que últimamente no es nada raro, es decir, que no vemos gran cosa. Esas redes en la barandilla actuaron de señuelo para hacer la clásica y archiconocida foto.

En La Espuncia

Un Cormoran grande (Phalacrocorax carbo, Pucagón) secando y haciendo estiramientos segundos antes de comenzar la sesión vespertina de pesca submarina.

Nordeste en la Playa Espasa

Con un frío y fuerte viento del Nordeste, las Gaviotas en la playa Espasa (Caravia) se colocan cara al viento. Entre ellas se encuentra un Gavión atlántico (Larus marinus, Gaviotón), de segundo invierno, creo.

Garcillas con vacas

Siendo una de las aves con mayor distribución en el planeta, no es de extrañar que encontremos a la Garcilla bueyera (Bubulcus ibis, Garcia de gües) en La Ría y por todo su entorno. Aunque hay que decir que su presencia por la zona es desde hace muy pocos años.

Entre el estiércol de las vacas, una Garcilla encuentra a un coleóptero; su compañera se lo disputa y se arma un pequeño follón.

Colirrojos

En el parque de Junta, en Llastres (Junta la Iglesia, estos llastrinos son tremendos), pasa el invierno este macho de Colirrojo tizón (Phenicurus ochruros, Raitana mora) sin más sobresalto que el pesado del Petirrojo, que no para de acosarlo. A la hembra le gusta más la playa: la encontramos en Misiegu (Ría de La Villa).

Peces relajados

El otro día, en un recodo de La Ría, había un buen grupo de Lisas (Mugil cephalus, Moíl) de buen tamaño, paseando con la cabeza fuera del agua. Por la tranquilidad que se respiraba, los Cormoranes debían estar de fiesta en la otra esquina del estuario. Quedé impresionado con esos labios tan sensuales.

Gallineta común

Las jóvenes Gallinetas (Gallinula chloropus, Gallineta) que vemos por las charcas de El Cierrón, son reconocibles por su tonalidad general gris y por no presentar el escudete frontal y el pico rojos todavía. Además, su comportamiento es menos esquivo que el de los adultos reproductores y se atreven a tomar el sol en cuanto éste asoma entre las nubes.

Más que un día primaveral

Ayer hizo un día estupendo:  por la mañana un poco frío pero en cuanto salió el sol, daba gusto. A media mañana, después del censo de aves habitual por estas fechas en La Ría de La Villa, nos fuimos hasta Llastres, que casi nunca defrauda. Una Gaviota patiamarilla (Larus michahellis, Gaviota patiamariella) toma el sol más confiada que nunca pero marcándonos la distancia. El Correlimos oscuro (Calidris maritima, Mazaricu de pedreru) dormita sobre los bloques, pero lo mismo: pendiente de cualquier sobresalto con el ojo que todo lo ve.

El gran pescador

Por fin pudimos ver un poco más cerca al protagonista de esta fartura y de esta otra (Phalacrocorax carbo, Pucagón). Con una buena bajamar, lo encontramos acicalándose delante de la fábrica de El Gaitero. Tengo que agradecerle la postura de la última foto, fundamental para visualizar las anillas de las dos patas. Para él también fue esencial, y además se quedó muy a gusto. Se trata de un ejemplar oriundo del archipiélago de Chausey, islas normandas en el Canal de La Mancha.

Una pequeña excursión

Ayer estuvimos dando un paseo por La Ría de La Villa con los chicos y chicas del Ciclo Superior de Gestión y Organización de Recursos Naturales y Paisajísticos del IES de Luces. Les encantan las aves y nos asomamos a Misiegu, El Picu y El Cierrón. En este último porreu pudimos observar, además de las Avefrías, Chorlitos dorados, Cercetas comunes, Garzas reales, etc, etc.,  unas cuantas Agachadizas comunes (Gallinago gallinago, Gacha).

Poco amigas

La hembra de Curruca capirotada (Sylvia atricapilla, Papuda), además de preocuparse de la búsqueda de la comida diaria, tiene que cuidarse de los depredadores y de la pesadez del Petirrojo (Erithacus rubecula, Raitán), que no la deja comer en paz y tranquilidad.

Llastres en cuesta

Como buen pueblo marinero que se precie, no se lleva nada bien con las horizontales salvo en el puerto. Si salimos por sus calles, sin tacones altos por supuesto, muy pronto nos sacará los colores. Lo saben muy bien los montones de turistas que, un día sí y otro también, deambulan a la caza de los escenarios de la serie con el segundo doctor más cascarrabias de la tele.

A lo que caiga

Primeros días de Enero, con frío y agua, en la Escollera de los Morciones (Ría de La Villa).

El baño del Águila pescadora

Todos los que frecuentamos La Ría de La Villa sabemos del carácter esquivo del Águila pescadora (Pandion haliaetus, Aigla piescadora, Ben) invernante en la propia Ría desde hace unos años. Pero, de tanto ir, alguna vez, muy pocas, la podemos observar en otros menesteres que no sean los de dar buena cuenta del moil de turno y/o posada en la estaca correspondiente del Bornizal. El otro día tuvo lugar uno de esos momentos especiales: se encontraba metida en el agua y, aunque lejos y muy desconfiada, mirando para todos los sitios, disfrutamos de su breve baño. Los nervios, la distancia, .... una mierda de fotos, pero por lo menos se ve que es ella. Pongo las dos últimas, con estiramientos y vuelo.

Una seta en Rodiles

Si caminamos bajo los pinos en Rodiles y nos fijamos bien, podemos encontrar estos días una seta (Paxina leucomelas, Pucheruelo) un tanto peculiar: pequeña de no más de 3 cm de altura, oscura, con forma de copa y con tendencia a aparecer varios ejemplares próximos. Si la tratamos de coger, su carne se rompe fácilmente. Los ejemplares jóvenes presentan una coloración más clara que los de las fotos.