Arrastrados por el suelo
Volvimos por La Ría a la zona donde localizamos al Halconero migrador sureño (Aeshna affinis) para tratar de documentar la presencia de alguna hembra y así fue: vimos una emparejada, mientras otros cuatro machos patrullaban sin cesar y, de vez en cuando, cascándose entre ellos. La pareja estuvo unida casi todo el tiempo y, como es costumbre, poniendo los huevos en el barro, más bien duro y seco, y a la sombra. Al final pude ver por un momento a la hembra realizando la puesta ya en solitario.
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