Colaboración
Si por algo se distinguen los Rascones (Rallus acuaticus, Gallineta rial) es por su discrección; se dejan ver poco, aunque chillan como condenados. Cuando aparece el Archibebe oscuro (Tringa erythropus, Chibibí pintu) el Rascón se suelta y se atreve a salir un poco más y los dos se benefician del caos y desorden que debe haber bajo el agua. El resultado final es que los dos se hartan de comer quisquillas.
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