Una joya con muchas patas
Este verano Gonzalo y yo llevamos una de esas alegrías que se prodigan poco: localizamos en la cuenca fluvial de La Ría varios ejemplares del Cangrejo de río autóctono (Austropotamobius pallipes) o Cangrejo de patas blancas. Hace casi cuarenta años desde la última vez que lo vi. Se trata de una especie muy sensible a los cambios en su hábitat y que sufrió una fuerte competencia con la introducción de otras especies muy próximas, como el Cangrejo rojo americano. Además, estas especies, más resistentes y menos exigentes, trajeron consigo algunas enfermedades, como la peste del cangrejo (producida por un hongo), que acabaron por diezmar las poblaciones de cangrejos autóctonos.
1 comentario:
Eso es una buena noticia. Enhorabuena por la cita. Saludos
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