Un Tábano
El otro día, cuando más concentrado estaba detrás de los Caballitos del diablo, se posó delante del objetivo este precioso Tábano: una hembra de Chrysops caecutiens. Se le conoce también en castellano como Tábano cegador, por la fea costumbre que tiene de picar en los párpados y zona periorbitaria. La hembra de la foto estaba realizando puestas de sus huevos sobre la vegetación del río. Sus larvas son acuáticas y comedoras de algas y de restos orgánicos. Después de sucesivas mudas y metamorfosis, darán lugar a los adultos, comedores de vegetales y también chupadores de sangre. Por esta última peculiaridad, pueden ser transmisores de parásitos como los Tripanosomas (Protozoos) que son parásitos de animales domésticos, y de bacterias como Francisella tularensis, responsable de la enfermedad Tularemia. La Tularemia se conoce también como la fiebre del conejo y en humanos provoca síntomas como fiebre alta, escalofríos, dolores de
cabeza, ganglios linfáticos inflamados, náuseas, vómitos, diarrea,
debilidad y malestar general. El tratamiento es con antibióticos.
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