Entre la vegtación típica de la Marisma de Misiegu, me tropiezo con esta diminuta joya: la Mariquita de veintidos puntos (Thea vigintiduopunctata). Creo que estaba durmiendo, pero pronto se percató de mi presencia y, tras un pequeño recorrido por la hoja, desplegó sus élitros y ¡a volar!
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