Milanos enamorados
Este viernes fui testigo de un romance a larga distancia: una pareja de Milanos negros (Milvus migrans, Milán prietu) se cortejaban en lo alto de una torre eléctrica o eso parecía. Se les veía juntos pero para mí que uno ponía mucho más empeño que el otro: el enamorado le cantaba al otro (más bien chillaba) en varios idiomas, se acercaba y nada. Entonces decidió revolotear alrededor suyo y ni por ésas; al final, cansado, se fue sin conseguir que su amado le siguiera. Uno de los dos debía tener el día cruzado.
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