Para estos patos (Aythya fuligula, Parru moñudu) el período de invernada en embalses y parques de Asturies también está tocando a su fin: pronto se desplazarán más al norte con el objetivo de criar. Es curioso ver cómo los colores del macho se confunden con los reflejos del agua.
Cercetas comunes (Anas crecca, Zarceta) y Agachadizas comunes (Gallinago gallinago, Gacha) apuran sus últimos días en el porreu de El Cierrón antes de comenzar su período de cría. Mientras tanto, comparten espacio y alimento sin ningún problema.
Dos imágenes de estos días pasados en El Cierrón: en el cielo y de vez en cuando, las Avefrías europeas (Vanellus vanellus, Pegueta) seguramente por la presencia de algún depredador. En el suelo, variedad de especies: Cercetas, Azulones, Avefrías y destacando entre todas ellas, por el tamaño, el Ánsar común (Anser anser, Gansu) que paró hace días por aquí.
Otro limícola (Arenaria interpres, Entornarraxes) que podemos encontrar pasando el invierno por toda la costa y que también vemos en El Rinconín (Xixón). Muy activos, se mueven como ratones sobre las piedras del pedreru buscando pequeños artrópodos y anélidos, revolviendo entre las algas y las piedras. También crían en el norte: Escandinavia, Siberia y Groenlandia.
Estos días pasados hemos aprovechado para visitar a algunos limícolas que invernan en la zona de El Rinconín, como son los Correlimos oscuros (Calidris maritima, Mazaricu de pedreru). Es típica su presencia en las rocas de los pedreros, de ahí el nombre en asturiano. En poco, muy poco tiempo, se marcharán hacia el norte, a la tundra, para comenzar su período de cría. No son los únicos, mañana saludaremos a sus amigos los Vuelvepiedras.
Ayer por la mañana, con una buena bajamar, había un numeroso grupo de Gaviotas patiamarillas y sombrías al borde del agua en la playa de La Griega, en Colunga. Repasando desde muy lejos a todo el bando, destacan claramente dos Gaviones atlánticos (Larus marinus, Gavión) posiblemente un joven (¿o segundo invierno?) y un tercer invierno. Fotos testimoniales en las que las dos primeras están por separado y en las dos últimas aparecen juntos. Se distinguen de las gaviotas perfectamente por su tamaño.
Las Palomas torcaces (Columba palumbus, Palombu bravu) se afanan estos días en la búsqueda de palos y ramas por el suelo para la construcción del nido. No es raro que tengan pichones (generalmente dos) a finales del mes de Febrero. Resulta difícil fotografiarlas pues se mueven preferentemente por las zonas sombrías de parques y jardines.
Ahora que ya tenemos inviernos como los de antes, da gusto salir los días de nieve a dar un paseo por la aldea, malo será que haya algún percance. Había mirado, como siempre que lo actualiza, el blog de Toñín Castro y me acerqué hasta Sietes, a ver los hórreos que él nos mostrara en esa preciosa entrada. Dando una vuelta por el pueblo, me paré a observar los cachivaches almacenados debajo de uno de los hórreos y me sorprendió realmente lo que vi: tres generaciones de carros con sus ruedas yacían juntos como si de un pequeño museo se tratara. Luego me entró la duda: no puede ser casualidad, quizás hayan sido colocados con toda intención, como un aliciente turístico más. Ya en casa y mirando detenidamente las fotos me pregunto: ¿Qué pintarán esos envases de yogur por el suelo? ¿Formarán parte del decorado o me habré tropezado con el Punto limpio de Sietes?
Ayer estuve observando durante un buen rato a la Espátula joven (Platalea leucorodia, Paletón) que está pasando el invierno en el porreu de El Cierrón. Hace unos días insistía en que su estado de salud no me parecía bueno. Pues hoy lo vuelvo a afirmar: en la segunda foto se puede ver que tiene una herida o restos de ella en su ala izquierda. Cuando se pone a caminar después de estar descansando, en los primeros pasos cojea y cuando sale del agua, las irregularidades del terreno la obligan a valerse de las alas. Además, no es normal que se quede impasible a unos pocos metros de un coche o de la gente que pasea por la zona. Por cierto, de cuatro magníficos (los gatos) nada, por lo menos, siete.
Ayer por la tarde no menos de veinticuatro machos de Cucharas comunes (Anas clypeata, Cuchareta) y un numero indeterminado de hembras, se encontraban en el porreu de Sebrayu Riba.
Estos cuatro hermosos ejemplares de gato doméstico descansaban tan plácidamente como se les ve en las fotos, ayer a media mañana en El Cierrón. Uno de ellos, el de la oreja caída, era el que el otro día rondaba una de las charcas para ver si caía algo.
Una de las muchas ventajas que tiene la visita al Parque Isabel la Católica es que por estas fechas podemos encontrar Gaviotas cabecinegras (Larus melanocephalus, Gaviota tiestaprieta) con plumajes variados. Las fotos de las tres primeras cabecinegras están hechas en la misma semana pasada. La cuarta foto es de una cabecinegra al lado de una reidora, dos especies que en el parque conviven perfectamente.
Esta Garza real (Ardea cinerea, Garcia rial) descansaba apaciblemente sobre la estaca hasta que algo la perturbó. Si observamos un poco por encima de las dos estacas de la izquierda de la foto, veremos el motivo de su preocupación: uno de los gatos medio asilvestrados que viven en la cuadra de El Cierrón y que, además de comer lo que les llevan unas señoras de La Villa, hacen pequeñas incursiones de caza. Ésto, en período de cría, puede suponer un desastre para los pequeños pájaros que intenten anidar en los alrededores. Resumiendo, que aquí tenemos a unos artistas que viven como reyes en los terrenos de la Reserva. Por último, dos fotos testimoniales del Ánsar común (Anser anser, Gansu) que se encuentra en este porreu.
Estas dos Lavanderas, la Lavandera blanca (Motacilla alba, Llavandera) y la Lavandera cascadeña (Motacilla cinerea, Xingalrau) comparten territorio aparentemente sin ningún problema. Será por la poca edad o porque hay agua e insectos suficientes para las dos, por lo menos de momento.
Ayer por la tarde esta pareja de Tarros blancos (Tadorna tadorna, Gansu les sables) se acicalaba en mitad del porreu, con una tarde de sol espléndida, aunque un poco fría.
No todo va a ser pájaros y más pájaros, que lo mucho cansa y aburre: la Ría, como ecosistema variado que es, también tiene sus mamíferos perfectamente aclimatados, como esta burra que lleva ya unos años disfrutando plenamente del porreu de El Cierrón. Será burra pero de tonta no debe tener ni un pelo. Igual exagero con el título, pero no creo.
Este lunes por la tarde en cuanto salió un poco el sol, nos fuimos hasta el Parque Isabel la Católica y, entre un montón de Gaviotas reidoras, Patiamarillas, Sombrías y Cabecinegras, pudimos observar a estas dos Gaviotas de Delaware (Larus delawarensis). Todos los inviernos se presenta por el parque algún ejemplar y nosotros, a verlas. De paso saludamos a viejos conocidos.
Los vemos por la Ría, el río, en las orillas, al pie de las charcas, pero también allí donde haya un charco en condiciones. Inquietos y nerviosos, cuando van a lo suyo no reparan en el observador y se acercan hasta límites que nos hacen tragarnos las focales con las que nos asomamos por la ventanilla del coche (Actitis hypoleucos, Andiarríu).
En esta ocasión, una de las Espátulas comunes (Platalea leucorodia, Paletón) que está pasando el invierno en El Cierrón junto a una Garceta común (Egretta garzetta, Garcia cande), también habitual en la zona. Se llevan estupendamente bien. El aspecto de la Espátula aparentemente no mejora.
Nos encontramos en plena tormenta en los alrededores de El Cierrón y una pequeña güeyada de sol nos permite descubrir el pecho blanco de esta Agachadiza común (Gallinago gallinago, Gacha) que dormita apaciblemente sobre los juncos.
