La larva del Ciervo volante
Hace unos días un joven amigo revolviendo en la cepa de un viejo castaño o de roble descubrió esta hermosa larva de Ciervo volante (Lucanus cervus, Sacagüeyos). Le hicimos las fotos de rigor y la devolvímos a su entorno de sabrosa madera podre. Gracias a él y a las fotos pudimos explicar a sus compañeros lo diferente que es el animal en su forma larvaria al adulto, el tiempo que pasa en esta fase (hasta seis años) y los enormes cambios (metamorfosis) que este insecto tiene que sufrir para convertirse en el temible Sacagüeyos de nuestra infancia. De paso, también les convencimos, creo, que de temibles nada, los cuernos poco menos que de adorno; al contrario, con serios problemas de supervivencia por la progresiva desaparición de los bosques autóctonos.
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