
Hace muchos años (unos 10.000), el hombre de la época empezó a cambiar de hábitos: pasó de ser nómada y cazador a cultivar la tierra y se hizo sedentario (breve inciso: algunos siguen con las costumbres ancestrales). En ese trayecto vital se llevó consigo a este animal, necesario en el control de roedores que seguro esquilmaban las despensas de granos y semillas de aquel hombretón. Pues bien, a estas alturas del siglo XXI, la especie en versión doméstica continua con una salud envidiable, no sabe el significado de la palabra extinción y en este invierno de nieve y granizo, heladas y viento, en cuanto sale el sol, ahí tenemos al rey de los tejados cargándose de energía solar.
que guapu el gato..
ResponderEliminarme encanten! jaja
esta gracioso el gato en el tejado
ResponderEliminarAlba, Ángeles, gracias por pasaros por aquí.
ResponderEliminarSalud
coño.. que foto mas simplona y que he visto mil veces..
ResponderEliminary como me gusta!!
sencilla y guapa, si señor.